EUROPA
PRESS
18
mayo 2016
Los adultos mayores con un estilo de vida ocupado en el día a día
suelen obtener mejores resultados en las pruebas de función cognitiva que sus
pares menos ocupados, según muestra un nuevo estudio publicado en 'Frontirs in Aging Neuroscience'.
La
investigación es parte del 'Dallas Lifespan Brain Study', uno de los estudios
más completos de los cambios relacionados con la edad en la cognición y la
función cerebral en adultos sanos actualmente en curso en Estados Unidos, según
sus autores.
"Demostramos que las
personas que reportan mayores niveles de ajetreo diario tienden a presentar una
mejor cognición, especialmente con respecto a recordar información
recientemente aprendida", dice la autora principal del estudio, Sara Festini, investigadora postdoctoral
en el Centro de Longevidad Vital de la Universidad de Texas, en Dallas, Estados
Unidos.
"Nos sorprendió la
poca investigación que había sobre las ocupaciones, dado que el estar demasiado
ocupado parece ser un hecho de la vida moderna de muchas personas", añade Denise Park, presidenta del
Centro de Longevidad Vital y directora del 'Dallas Lifespan
Brain Study'.
Los investigadores
encuestaron a 330 participantes en el 'Dallas Lifespan
Brain Study' --mujeres y
hombres sanos de entre 50 y 89 años-- del área de Dallas/Fort
Worth, Texas, reclutados a través de anuncios en los
medios de comunicación y avisos en la comunidad-- sobre su actividad diaria.
Los participantes visitaron el laboratorio 'Park Aging Mind' del Centro de
Longevidad Vital, donde participaron en una larga serie de pruebas neuropsicológicas para medir su rendimiento cognitivo.
Los resultados muestran que
a cualquier edad y con independencia de la educación, un estilo de vida más activo
se vincula con mayor velocidad de procesamiento del cerebro, memoria de
trabajo, razonamiento y vocabulario. Especialmente fuerte es la asociación
entre el ajetreo y una mejor memoria episódica, la capacidad de recordar hechos
concretos acaecidos en el pasado.
Aprendizajes nuevos, un posible factor
Los investigadores
advierten que los datos actuales no permiten concluir que estar ocupado
directamente mejora la cognición. También es posible que las personas con una
mejor función cognitiva busquen un estilo de vida más activo, o que el ajetreo
y la cognición se refuerzan entre sí, dando como resultado el fortalecimiento
recíproco.
Sin embargo, un factor
mediador que representa la relación podría ser un nuevo aprendizaje, plantean
los investigadores. Las personas ocupadas son propensas a tener más
oportunidades de aprender ya que están expuestas a más información y se
encuentran con una gama más amplia de situaciones de la vida diaria.
A su vez, se sabe que el
aprendizaje estimula la cognición: por ejemplo, un estudio reciente del Centro
de Longevidad Vital encontró que un esfuerzo sostenido en el aprendizaje de
nuevas habilidades difíciles, como la fotografía digital, aumenta la memoria
episódica.